26 de marzo de 2013

Se acaba lo bueno

 
 
 
           Estando de vacaciones como estoy ahora, intento hacer otras cosas, pero pronto estaré otra vez trabajando y se acabará el rollo.
           De nuevo a levantarme a las 4.30 h. de la mañana y a llegar a las 16.00 en adelante. Muchas horas, tantas, que cuando llego a casa parezco un zombie que no tiene ganas de nada, sólo de descansar, comer y dormir para de nuevo volver a levantarme. Así seis días a la semana.
          Tengo que aguantar todo esto porque no he sabido encontrar algo mejor y es mi responsabilidad tenerlo que hacer, pues la familia tiene que salir adelante como sea. Y no me dirán ustedes que con los dos pedazo de hijos que tengo, no tendría que hacerlo. Pero bueno, el cuerpo y la mente se llegan a acostumbrar a éste ritmo de vida aunque no pierdo la esperanza de cambiar a un trabajo mejor, en el que me sienta más realizado.
            Eso no quiere decir que no haga bien las tareas que se me encomiendan, porque les cuento: tengo que abrir la nave de 5 a 5 y cuarto, recibir a un tráiler con la carga de lechuga, tomates, ensaladas varias y demás productos frescos, descargarlo con la ayuda de un compañero y una carretilla elevadora, meterlos en una cámara frigorífica habilitada para ello y después hacer un picking (recuento y preparación de las distintas rutas que se repartirán en el día), montar los productos en varios palés y esperar a que vengan los compañeros a recoger sus cargas correspondientes a la ruta que les toque llevar ese día (Córdoba, Cádiz, Huelva, Sevilla, sobre todo la mitad occidental) y al final cargar mi propia furgoneta y hacer el reparto que me haya tocado.Tengo que hacer la ruta de Extremadura, que hace poco que la tenemos y hay que llevar los productos a Cáceres, Badajoz, Mérida y Don Benito. Son sólo dos días a la semana, pero es agotador al ser tantas horas las que tengo que conducir con un vehículo limitado en su velocidad y doblando la espalda a cada descarga. Me siento joven todavía (supero en poco los 40), pero mi espalda y mi cuello notan el esfuerzo diario.
            Así que en esas horas fuera de casa y en carretera, me pasan situaciones e historias que cuando las cuentas a alguien ajeno a este tipo de trabajo, no se las creen, pues algunas suenan inverosímiles. Mi mujer me ha acompañado varias veces a hacer alguna ruta y ha comprobado por ella misma las cosas que pasan y aun así  les siguen pareciendo increíbles, pero de ésta manera me puede comprender cuando llego a casa tarde y le cuento la historia del día.
           Tengo tantas situaciones y anécdotas que les iré contando, según las recuerde e intentaré no ser muy pesado. Bueno les dejo por ahora. Gracias por escucharme.

Calidad de los vídeos


              Siento mucho que la calidad de los vídeos no sea óptima, pero por mucho que quiera hacerlos lo mejor que puedo, a la hora de subirlos pierde mucho la imagen..

Semana Santa





                 Semana santa en Andalucía, imágenes, música.... emoción y sentimiento a flor de piel.